20 de agosto 2011
Tras despertarnos como siempre tardecito, nos ponemos rumbo al camping en el que habíamos dormido en la puerta la noche de antes, aparcamos y tenemos una tensa pero cordial conversación con el capullo alemán que nos quería retener ahí la noche de antes.
Mañana de duchas largas bajo el calor del agua, poder sentarse en el vater tranquilamente. Por si no lo habíamos comentado, el baño de la autocaravana no lo usamos porque limpiarlo es un poco desagradable y ya desde el principio no usamos el baño, por lo que cuando encontramos uno fuera de la autocaravana, para allá que vamos todos.
Tras mucho desperezarnos, al final ponemos rumbo a Berlín en transporte público, y nos cobran 15 euros por ir los 5 en autobús al centro y después tenemos que tomar el metro, vaya locura, se nos va del presupuesto, por lo que a la vuelta solo volveremos dos a por la furgo y el resto esperará en el centro de Berlín, donde dormiremos el resto de días. Menos mal que el resto de transportes en Europa nos han salido “gratis”.
Por la tarde nos queríamos acercar al muro, a los dibujos famosos como los llama Gabi, y después de mirarlo en el mapa, nos ponemos rumbo y a correr. Cuando llegamos vemos que no es lo que buscamos. En los mapas turísticos, suele aparecer dibujado toda la linea de por donde pasaba el muro de Berlín, no quiere decir que esté ahí todavía. En algunas zonas quedan recuerdos, trozos de muro original, o postes que simbolizan que ahí estuvo el muro. Y una de estas cosas es con lo que nos encontramos nosotros.
Para poder ver la zona que queda del muro, tienes que irte a la East Memorial, entre las paradas de metro de Ostbahnhof y Warschauer. En esta zona del muro hay una casetilla que se llama Check Point Charli, que nosotros nos la encontramos cerrada (o creemos que es esa) pero Javi, el hermano de Mendi, nos comentó que ahí dan explicaciones muy curiosas de la guerra fría y más cosillas, esto por lastima no lo pudimos comprobar.
Bueno, después de dar una vuelta por el centro compuesta por monumentos y casas okupas como la de Tacheles y ver una parte del muro, llamamos a los valencianos, os voy a contar la historia de estos compañeros. La última noche de Munich, que fue fiesta hasta el amanecer, conocimos a un chico que se llama Adrián, el venía con 4 amigos más viajando desde Valencia en autostop, llevaban como desde el 12 de julio viajando por Europa sin dejarse pasta ni nada. Por Adrián, conocimos al resto del grupo, Javier, Eden, Hector o None y Agus. Estos son el grupo inicial. En Munich conocieron a un francés que se llama Charlie, su historia es muy peculiar, lleva 2 años viajando por Europa él sólo y empezó con 19 años yendo en bicicleta de Montpellier a Turquía. El chaval habla turco, francés, inglés, italiano y se defiende en griego y está empezando con el español por nosotros. El chico es un amor, es atento, amable, paciente, es súper agradable, los valencianos lo han adoptado y se lo llevan a Valencia.
El grupo sigue creciendo, también les acompañan otras dos personas que conocieron en Munich, Mari y Anthony. Mari es italiana y Antoñete que es como dice que le llamemos, es checo. Estos dos van un poco más a su bola, aparecen, desaparecen durante un día. Son gente muy particular.
Ya que os he puesto un poco al día sobre las amistades, seguimos con la historia, después de dar un poco de vueltecilla nos reunimos con los valencianos en Alexanderplatz, lo que viene siendo el centro de Berlín, y según llegamos nos encontramos con la plaza del 15-M con pintadas por el suelo en plan, la Puerta del Sol está aquí y estaban en asamblea. Justo cuando Mendi se va a hacer una foto, otra chica se pone en el mismo sitio (que es donde ponía lo de la Puerta del Sol) y bueno, empezamos a hablar con ella y aparecen 10 amigas, eran un grupete de 11 barcelonesas que se habían alquilado un piso en Berlín una semana y ya.... amistad para todo Berlín.
Con un grupo tan grande (5 de nosotros, 8 de los valencianos más 11 catalanas). Empezamos a ver el plan para esa noche, las catalanas se van a una fiesta en el centro y nosotros nos quedamos esperando a unos valencianos que se habían perdido, Charlie nos estuvo enseñando trucos con malabares hasta bien entrada la noche, luego después de tener que mover 3 veces la dirección de nuestros pasos, ya por fin cogimos el metro (está abierto 24 horas, o por lo menos los fines de semana) y llegamos a donde estaban las catalanas. El puerta no nos permite el paso a algunos y aparte nos querían cobrar 5 euros al resto, por lo que nos vamos a la gasolinera que hay enfrente a beber cerveza, que el medio litro estaba a menos de 1 euro, y así el grupo formado por los madrileños, valencianos y dos catalanas (Berta y Eva) que son las que aguantaron, nos pasamos la noche y parte de la mañana en la puerta de la gasolinera conociéndonos y divirtiéndonos.uuuu que cursiii. Pero (con dedicación a las catalanas) la noche moló MAAAAZOOO.
Araújo desde Nederlands.